Murenase! Seton Gakuen
Jin es un
chico que odia a los animales, pero para su desgracia acude al instituto Seton,
donde todos los alumnos son versiones antropomórficas de animales (aunque las
versiones femeninas se reducen a esculturales muchachas en plan nekomimi). Jin
vive su particular infierno hasta que encuentra a Hitomi, otra humana… sin
embargo su comedia romántica de ensueño tendrá como obstáculo a Ranka, una loba
pequeña e hiperactiva que quiere formar una manada con él, manada a la que
pronto se irán uniendo varios animales inadaptados más.
A priori el
argumento no es el mejor para una buena serie, más bien lo contrario, pero la
serie abraza con orgullo su absurdo concepto y nos presenta una comedia
disparatada y constante que aporta además una continua sucesión de datos informativos
y curiosos sobre los animales. Todos los personajes de la academia mantienen
sus costumbres o sus hábitos animales hasta cierto punto y el protagonista –a
pesar de su animadversión hacia ellos- parece una enciclopedia que no duda en
sacar partido de todos sus conocimientos.
Pero la serie
es ante todo una comedia alocada basada en las características animales de su
reparto en la que el pobre protagonista verá como una y otra vez ve fracasar
sus planes para conquistar a la chica de sus sueños mientras todos sus
compañeros acaban reclutándolo de una forma u otra para obtener su ayuda y la
chica en cuestión va consiguiendo a su vez su propio harem yuri en una serie
que da alguna que otra de vuelta al género del harem echii (aquí hay que decir
que, en su tono de comedia ligera y chorra, no deja de sorprender como en
alguna escena –aunque luego queden en nada- se habla con completa naturalidad
de que unos estudiantes se coman, maten o violen a otros). Algún episodio puede
ser más flojo, pero en general cada uno se articula en base a una o dos
criaturas que serán más o menos recurrentes y el ritmo de la serie se mantiene
bien en base a una continua presentación de secundarios que añaden
posibilidades al universo y la trama.
Es una serie
de producción barata y no hay grandes alardes en su animación, pero sus diseños
son muy simpáticos y atractivos, y además hacen gala de un gran contraste de
colores vivos que la convierten en una serie muy bonita de ver.
Es una comedia absurda que
inicialmente podría tirar para atrás pero que me ha sorprendido muy gratamente.
Un entretenimiento ligero de 12 episodios carente de cualquier tipo de complejo
o complicación y bastante recomendable.