One Piece 1115 - Fragmentos de continentes
Esto se acaba, la historia continua avanzando despacio pero sin pausa hacia su final y poco a poco vamos acercándonos a la gran batalla final y el Amanecer del mundo. Vegapunk continúa su discurso, dándonos pequeños detalles que nosotros no conocíamos como el tema de los continentes pero -sobre todo- haciendo que todos los personajes de la obra adquieran el conocimiento que nosotros como espectadores teníamos. Esa urgencia por conocer el final, por ver avanzar la trama, se transmite ahora a los propios personajes que protagonizan los acontecimientos.
Verdaderamente no revela mucho, porque ese será el rol de Robin al final, pero refresca conceptos y estructura estos, e incluso lo que revela es relativamente ambiguo porque por fechas Joyboy parece como si hubiera vivido un siglo y particularmente dudo que ese personaje fuera un gigante, pero Oda esta exponiendo hechos que rozan el mito dentro de la lógica interna de su historia. Este es un capítulo de reformulación del manga, de unir muchos puntitos sueltos porque ya no es tiempo de sutilezas. Si algún lector no tenía en mente las armas ancestrales o dudaba de su importancia, Oda esta aquí para recordarnos que son básicamente lo más importante del mundo. Además la trama incluso sirve para arreglar uno de los grandes absurdos del mundo de One Piece y era el tamaño de sus islas, que por muy funcional que fuera de cara a la trama era ridículamente pequeño en la mayoría de las ocasiones, y ahora descubrimos que vivimos en Wind Waker y que todo el mundo esta inundando... convirtiendo así a su vez al Siglo vacío en un periodo de genocidio aún más brutal de lo que sospechábamos donde podemos presuponer que hubo un uso y abuso de las armas ancestrales que provocó la subida del nivel del mar 200 metros y sepultó civilizaciones. Oda se guarda la carta de las justificaciones con un Vegapunk que es como siempre un científico, investiga pero no juzga ni valora las consecuencias al carecer de toda la información y dejará ese rol al lector. Y al final tenemos ese pequeño cliffhanger glorioso que no puedo evitar que me recuerde a la declaración de guerra en Enies Lobby cuando con la silueta de Ihm leemos aquello de que "la guerra no ha acabado" (afirmación ridícula, pero muy molona).
Y como siempre, una de las grandes virtudes de la obra es el infinito amor y trabajo volcado en ella, con una transmisión que esta sirviendo para volver a ver a gran parte de los infinitos secundarios de la serie, ya sean importantes como Momo, Carrot, los Revolucionarios o Vivi, curiosos como los Baroque Works o Kureha, o deliciosamente absurdos como Foxxy y Demaro Black.
Luego detallitos que anticipan el final de la saga como esos serafines liberados o el interesante escenario de Stussy y Kaku, y un poquito de fanservice con las acciones espectaculares -pero gloriosamente fallidas- de los Gorosei o ese Franky -que sigue siendo uno de los grandes beneficiarios de la saga- salvando a Bonney (que también "nerfea" un poco su fruta revelando que su transformación distorsionada apenas puede mantenerse unos instantes).