Hay cierto síndrome en los mangas a enfocar siempre al protagonista. En One Piece tenemos nueve, destacando por encima de todos Luffy. Bien, Luffy no sale en este episodio, pero es que tampoco lo hace ninguno de sus compañeros. No pasa absolutamente nada. El manga puede sobrevivir perfectamente a ello y no creo que nadie se quede confundido o no sepa que manga esta leyendo. Luffy y cía salen cuando tienen algo que aportar a la historia -que suele ser casi siempre... porque es su historia-, pero no pasa nada porque en ocasiones no aparezcan en el capítulo. Naturalmente ellos son el motor de la historia, pero en ocasiones hace falta enfocar otros acontecimientos para preparar el escenario en el que actuaran las estrellas de la función. Este es uno de esos capítulos. Un capítulo que recuerda inevitablemente a aquel episodio en el que vimos reunirse al CP9 y conocimos las personalidades y habilidades de aquellos miembros de la brigada de asesinos que no habían participado en la trama de Water 7.
Así pues, por medio del mapa más cutre que le recuerdo, Oda nos presenta ya de una forma más formal a cada uno de los miembros de la banda de Hodi Jones. Vemos un poco de sus habilidades de tal forma que estas nos parezcan naturales, y conocemos un poco de sus personalidades para comenzar a imaginarnos las conversaciones que mantendrán con la banda del Sombrero de Paja. No es un capítulo que pasara a la historia de la serie, pero es un capítulo muy necesario. La banda de Hodi tenía carisma 0 y ahora no es que sean Barbablanca, Rayleigh y Garp, pero al menos no nos parecen unos personajes tan planos como antes. Si exceptuamos a un Hodi Jones que parece ya fuera de si y cuyo desenfreno es también la única opción algo decente que tiene Oda para convertirlo en un rival digno (así como el punto más interesante y sugerente de un capítulo netamente de transición), el resto de la banda comienza a caer relativamente bien. Salvo Daruma -que me parece el clasico malo chillón irritante- y Hyouzuu -clasico malo siniestro con pinta de inofensivo- (que son también los dos personajes que menos me gustan de la banda), el grupo de tritones se perfila como el clásico grupo de idiotas propio de este shonnen. No dejan de caer mal porque sus motivaciones son las que son, pero al menos se ve ya en ellos potencial para unas buenas batallas. Dosun y su jerga cambiante en función de la fuerza es bastante original (aunque su diseño me parece horrible); las parrafadas que pueda soltar Zeo pueden ser dignas de recuerdo; Ikaros con su miedo al fuego deudor de su maestro (Dedalos, el calamar que quiso volar) es idiota al nivel de la banda y sus discusiones con Franky -por ejemplo- mientras le ataca al estilo "Hokuto no ken" tienen potencial para ser dignas de enmarcar.
No tiene más el capítulo salvo una aparición de los príncipes muy serios y la confirmación de que a Oda le mola usar fondos con los nombres de los personajes para ayudar al lector poco avispado a ubicar y recordar a los personajes. No es un capítulo que recordaremos durante años, pero si uno cuya existencia agradeceremos durante los combates que están por venir.
Así pues, por medio del mapa más cutre que le recuerdo, Oda nos presenta ya de una forma más formal a cada uno de los miembros de la banda de Hodi Jones. Vemos un poco de sus habilidades de tal forma que estas nos parezcan naturales, y conocemos un poco de sus personalidades para comenzar a imaginarnos las conversaciones que mantendrán con la banda del Sombrero de Paja. No es un capítulo que pasara a la historia de la serie, pero es un capítulo muy necesario. La banda de Hodi tenía carisma 0 y ahora no es que sean Barbablanca, Rayleigh y Garp, pero al menos no nos parecen unos personajes tan planos como antes. Si exceptuamos a un Hodi Jones que parece ya fuera de si y cuyo desenfreno es también la única opción algo decente que tiene Oda para convertirlo en un rival digno (así como el punto más interesante y sugerente de un capítulo netamente de transición), el resto de la banda comienza a caer relativamente bien. Salvo Daruma -que me parece el clasico malo chillón irritante- y Hyouzuu -clasico malo siniestro con pinta de inofensivo- (que son también los dos personajes que menos me gustan de la banda), el grupo de tritones se perfila como el clásico grupo de idiotas propio de este shonnen. No dejan de caer mal porque sus motivaciones son las que son, pero al menos se ve ya en ellos potencial para unas buenas batallas. Dosun y su jerga cambiante en función de la fuerza es bastante original (aunque su diseño me parece horrible); las parrafadas que pueda soltar Zeo pueden ser dignas de recuerdo; Ikaros con su miedo al fuego deudor de su maestro (Dedalos, el calamar que quiso volar) es idiota al nivel de la banda y sus discusiones con Franky -por ejemplo- mientras le ataca al estilo "Hokuto no ken" tienen potencial para ser dignas de enmarcar.
No tiene más el capítulo salvo una aparición de los príncipes muy serios y la confirmación de que a Oda le mola usar fondos con los nombres de los personajes para ayudar al lector poco avispado a ubicar y recordar a los personajes. No es un capítulo que recordaremos durante años, pero si uno cuya existencia agradeceremos durante los combates que están por venir.