Festín de guionazos

Juego de tronos - Temporada 7

En la sexta temporada la serie sobrevivió a la ausencia de libros. Aunque era un momento que todos temíamos los guionistas consiguieron sobreponerse a ello... pero en esta séptima temporada todas las leyes de la lógica y coherencia narrativa han caído sobre ellos en 7 episodios que son un absoluto despropósito.

Por supuesto la serie sigue teniendo muchas cosas destacables para bien. Los valores de producción son dignos de una película y visualmente esta temporada nos regala grandes batallas impresionantes con dragones gigantescos de por medio. Los actores suelen rayar a una altura notable en el peor de los casos, y hay escenas como la de Olena y Jaime que son un deleite para los ojos. Aún con todo el horror y la amenaza a la que se enfrentan los personajes, comienzan a producirse al final las reuniones que todos esperabamos y eso es un disfrute para los seguidores de los libros.

Ahora bien, por muy espectacular que sea una batalla, queda en nada si luego a continuación vemos una secuencia absurda, y eso pasa -y mucho- esta temporada. Y hay que ser justos, muchos de los problemas de la serie vienen heredados de las propias novelas y esos berenjenales extraños en los que se metió Martin con personajes como Sam, Arya o Bran que claramente requerían de saltos temporales de varios años para ser sólidos (ya ni hablemos de Rickon en los libros).

Los pecados de Martin son graves y a esta serie no puede exigírsile que los repare... pero por desgracia lo que hace es añadir muchos más al desarrollo de la historia. Así pues... soltemos a los perros de la bilis

El ejército de los Lannister es interminable, y además parece que ni hace falta pagarle. La situación de Cersei es agónica, pero con un par de escenas con un kraken salido de la nada acaba con todo Dorne... y luego el mejor amigo de Moffat le regala un crédito a fondo perdido. Se supone que Tyrion es mucho mejor estratega que la loca de su hermana... que es eso, una loca... pero la serie vuelve a regalárselo todo a Cersei porque necesita una mala malísima.

Dany esta tonta. O no hace nada, o se pone en plan genocida. Tiene tres armas de destrucción masiva como "hijos" y la serie tiene que refrenarla para que no se acabe todo de golpe o no vaya a Desembarco de Rey y lo asole como haría cualquier persona lógica... la forma de hacerlo es con Tyrion dándole malos consejos y poniendo por ahí a Jon con una trama mala en espera que algún milagro de actuación hiciera que hubiera química entre ellos (para que además la gente se sorprendiera con la revelación del R+L que los fans llevan aventurando desde el 96)

Todo esto son fallos hasta cierto punto perdonables. Uno entiende que la historia tiene que avanzar y puede aceptar estas trampas con relativa facilidad, se entiende que la serie quisiera mostrar Roca Casterly aunque no sirviera de nada, como se puede aceptar la extraña peripecia de Sam que mirando un par de libros dará con una información milagrosa para ser Jorah o descubrirá algo de los Otros. Todo esto se acepta, como se acepta (hasta cierto punto) un poco esa relatividad en lo que es el espacio y el tiempo en esta franquicia.  

Ahora bien, que Jaime se enfrente a los dragones y sobreviva a ellos es aceptable. Discutible pero aceptable. Pero ¿por qué sale de la nada un lago tras él y Bron puede arrastrarle desde las profundidades con su armadura puesta? ¿Simbolismo narrativo? Puede. Pero al menos la serie podía ser menos torpe en esa exposición, son tonterías con las que la serie no gana nada y que mosquearan a cualquier espectador que se ponga a pensar en ellas un poco.

Naturalmente las trampas del cuarto o quinto capítulo no son nada comparadas con el ya mítico festival de teletransportaciones del sexto. Si ya de por si lo de capturar a un "otro" era ridículo desde todas las ópticas posibles, esa misión suicida y disparatadamente fanservicera se resuelve con una sucesión de carreras imposibles que destrozan la lógica interna de la serie y convierten el capítulo en un meme.

Pero claro, el problema no es el plan o lo absurdo de su desarrollo. El problema es que no sirve para nada, más bien lo contrario al dotar al Rey de la Noche de un gran arma. Pero la serie en este momento ya ha renunciado por completo a la lógica interna en favor del efectismo. Lo de que el Rey de la noche tenga un Dragon queda muy guay, claro, lo de que lo use para derribar el muro es espectacular... pero eso hace que los causantes de la amenaza sean los propios protagonistas al intentar evitarla porque... ¿como habría pasado si no el Rey de la Noche? ¿No tenía ningún plan con cuya realización siquiera amenazar? ¿Se ha dedicado a dar vueltas durante siete temporadas por el norte porque sabía que no podía pasar hasta que una reina tonta decidiera ir para allá a sacrificar un dragón porque Bran no la iba a avisar porque en el fondo son el mismo o algo así?

En fin, todo muy ridículo, y eso sin entrar en la surreal trama de Invernalia con Sansa, Arya y Meñique.

Una pena, mi interés por la serie actualmente es ya muy reducido.