Fantasía de poder

Hace muchos años el ya extinto Círculo de Lectores publicó algunas colecciones de fantasía; de ellas surgió a finales del siglo pasado mi adoración por David Eddings y las Crónicas de Belgarath (ver reseña), pero desde entonces también tengo pendiente cierta saga que comencé a leer pero con la que no conecté entonces...

Elric de Melniboné

Escrito a finales delos 60, este es un libro de "high fantasy" o de "espada y brujería" tremendamente deudor de Conan (universo con el que se cruza al parecer en algunos comics). Literariamente es muy flojito y arcaico. Pertenece a esa literatura fantástica que estaba en pañales y que se limitaba a pasear a un guerrero molón de un lado para otro, teniendo todos esos lados nombres grandilocuentes.

Extrañamente me ha resultado refrescante por su carencia de complejos y todos sus defectos. El protagonista parece estar haciendo una entrevista de trabajo, es extraordinariamente bueno y virtuoso, y cuando el autor enumera sus defectos estos están tergiversados de tal forma que son virtudes. Así, tenemos a un personaje que supuestamente es débil fisicamente, pero que gana a todos con espada y que es superior en hechicería también a todos, y esa debilidad física le ha hecho lector, con lo que ha desarrollado una moralidad que le hace superior también en ese sentido... aunque al estar en una época bárbara el autor se puede olvidar de ello y pasar de vez en cuando a narrar carnicerías.

Lo bueno es que el libro son apenas 160 páginas en las que pasan decenas de cosas, donde las transiciones entre escenas prácticamente brillan por su ausencia y donde los personajes no se andan con sutilezas. Es un libro muy flojillo, pero es un libro hijo de su tiempo en el aspecto más directo, carente de cualquier atisbo de complicaciones o contemplaciones. Pertenece a una época en la que el género estaba en la adolescencia, y se nota.

La fortaleza de la Perla

Me parece que este libro comienza bien, como una de aventuras más o menos entretenida donde a pesar de lo absolutamente perfecto que es el héroe incluso en sus debilidades, más o menos la cosa es entretenida y se nos dibuja un mundo bastante sugerente.

Pero luego la novela viaja a un plano onírico y la contención desaparece por completo en una aventura con muchas reminiscencias de Alicia y lo imposible que allí se veía, pero siendo una novela escrita en los 70 la imaginación del autor se antoja muy corta y limitada a tenor de lo que ha avanzado el imaginario colectivo en ese sentido. El mundo que se nos presenta de fantasía se antoja ya muy atrasado a pesar de la grandeza y locura que el autor estaba seguro de estar escribiendo en su época.

Y Elric vuelve a ser perfecto. Vemos grandes amenazas que se supone que le sobrepasan, pero que supera sin dificultad a pesar de que muchos otros mueran a su alrededor y solo la suerte y una armadura de guión sea lo que le salva. Elric no hace verdaderas proezas en esta novela, y todo lo grandioso que vemos de él es más porque cualquier acción siempre vendrá acompañada de loas por parte del autor o de otros personajes cuya inteligencia virtualmente reduce para que Elric sea el único capaz de darse cuenta de algo (y no es algo que veamos, es que literalmente en los libros se nos dice siempre que Elric se dio cuenta por su astucia o algo así).

No pude con estas novelas hace 20 años, y no he podido ahora. He llegado más lejos y le he dado dos libros de margen, pero esta desde luego sigue sin ser mi saga literaria.